El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 22 años y siete meses de prisión por delitos continuados de abusos sexuales por Internet, conocidos con el nombre de "sextorsión" o extorsión sexual a un hombre que chantajeó por Internet a cinco mujeres para que realizaran prácticas sexuales ante él con una cámara web, tras acceder a sus archivos personales mediante un virus informáticos.
El recurrente accedió de forma subrepticia, con un sofisticado programa informático, entre 2005 y 2010, a los archivos personales de contenido sexual que cada una de ellas tenía en su ordenador. Les enviaba un correo electrónico que al abrirlo introducía un virus que permitía acceder a todos los contenidos.
El condenado las amenazó con difundirlos y causarles un grave perjuicio, con que logró que ellas admitieran mantener contactos con él a través de un programa de mensajería instantánea mediante una cámara web.
El Tribunal destaca que la comisión del delito de abuso sexual de carácter virtual no requiere de modo específico contacto sexual directo por parte del autor del delito sino de "actos que vayan encaminados a atentar contra la libertad sexual de las víctimas".
"Sextorsión"
En la sentencia, el Tribunal indica que en estos causas "el autor del delito de abuso sexual online infecta primero el ordenador de su víctima" mediante un virus que le permite acceder a sus contenidos, captando imágenes y/o vídeos privados que pueden comprometer un intimidad si se divulgan. En general, el autor del delito envía un correo electrónico a la víctima con un enlace atractivo para ella y al hacer clic en él, se descarga un "malware" en su ordenador, con lo que el criminal ya tiene acceso a sus contenidos personales, que constituye luego la extorsión, lo que lleva a calificar los actos como "sextorsión", que es como se conoce al delito de abuso sexual online".
Los magistrados explican que en muchos casos no se denuncia porque la víctima se avergüenza de lo ocurrido. Es la persistencia de éstos lo que finalmente lleva las víctimas a denunciar.
Lo que determina que se haya cometido un delito de abusos sexuales es la posición de superioridad virtual por Internet, haciendo que la víctima lleve a cabo actos de carácter sexual no consentidos por la misma.
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